La quimioterapa es definida por los propios médicos como " EL VENENO QUE CURA".
Vivir cuando estás en un tratamiento de quimio, no es tarea fácil. Es como querer escalar el Everest cuando las condiciones climáticas son adversas.
Empiezas el ascenso, con mucha ilusión, tu gran meta es llegar a la cima, y sólo anhelas empezar a andar para llegar cuanto antes, pero aún no sabes qué vas a encontrar en el camino.
Son muchos días de subida, meses,.. algunas veces años,.. pero sabes que para llegar no debes dejar de caminar.
No todos los días son iguales, hay días en que el Sol brilla y te sientes espléndido, te comes el mundo, y en esos días la etapa es fácil, tus pieras van livianas, tus pensamientos son positivos, disfrutas del paisaje y de todas las cosas y personas que te brinda la vida...
Otras etapas son más duras, empieza a llover, las botas te pesan, las piedras resbalan, a veces incluso confundes el camino y das vueltas una y otra vez en el mismo lugar..
Y cuando aparece la nieve, ya sólo te queda quedarte en tu campamento, no moverte, no avanzar, son jornadas de reflexión muy duras. No quieres salir de tu cobijo porque te sabes segura de no poder dar ni un sólo paso. Pero esos días también son necesarios para reestablecerte, reponer fuerzas y volver a ponerte en marcha.
Todo tiene su parte positiva.
En los días de Sol avanzas sin miedo hacia la cima, orgullosa de tu Equipo, disfrutando del paisaje, de los detalles, las cosas pequeñas se vuelven grandes e importantes...
En los días que llueve o nieva, debes aprender a centrarte, a ser consciente de lo que eres, lo que te pasa y tener paciencia... son una gran lección!
Y por supuesto que en esos días te haces mucho más consciente de que tienes el mejor EQUIPO del mundo, que no estás sólo en la subida y sabes que ellos te va ayudar a alcanzar la CIMA.
No hay nada eterno. Las nubes pasan, la nieve se deshiela y siempre vuelve a brillar el Sol.
Carme 25/04/2011