lunes, 25 de abril de 2011

VIVIR CON QUIMIOTERAPIA-UNA ESCALADA AL EVEREST

La quimioterapa es definida por los propios médicos como " EL VENENO QUE CURA".
Vivir cuando estás en un tratamiento de quimio, no es tarea fácil. Es como querer escalar el Everest cuando las condiciones climáticas son adversas.
Empiezas el ascenso, con mucha ilusión, tu gran meta es llegar a la cima, y sólo anhelas empezar a andar para llegar cuanto antes, pero aún no sabes qué vas a encontrar en el camino.
Son muchos días de subida, meses,.. algunas veces años,.. pero sabes que para llegar no debes dejar de caminar.
No todos los días son iguales, hay días en que el Sol brilla y te sientes espléndido, te comes el mundo, y en esos días la etapa es fácil, tus pieras van livianas, tus pensamientos son positivos, disfrutas del paisaje y de todas las cosas y personas que te brinda la vida...
Otras etapas son más duras, empieza a llover, las botas te pesan, las piedras resbalan, a veces incluso confundes el camino y das vueltas una y otra vez en el mismo lugar..
Y cuando aparece la nieve, ya sólo te queda quedarte en tu campamento, no moverte, no avanzar, son jornadas de reflexión muy duras. No quieres salir de tu cobijo porque te sabes segura de no poder dar ni un sólo paso. Pero esos días también son necesarios para reestablecerte, reponer fuerzas y volver a ponerte en marcha.
Todo tiene su parte positiva.
En los días de Sol avanzas sin miedo hacia la cima, orgullosa de tu Equipo, disfrutando del paisaje, de los detalles, las cosas pequeñas se vuelven grandes e importantes...
En los días que llueve o nieva, debes aprender a centrarte, a ser consciente de lo que eres, lo que te pasa y tener paciencia... son una gran lección!
Y por supuesto que en esos días te haces mucho más consciente de que tienes el mejor EQUIPO del mundo, que no estás sólo en la subida y sabes que ellos te va ayudar a alcanzar la CIMA.
No hay nada eterno. Las nubes pasan, la nieve se deshiela y siempre vuelve a brillar el Sol.
Carme 25/04/2011

sábado, 2 de abril de 2011

UNA ESCALADA EN EL CAMINO

Normalmente buscamos siempre el camino más suave y menos escarpado para subir la montaña, pero a veces el camino conlleva sorpresas y cuando pensamos que estamos subiendo por el lado más relajado, se nos aparece delante nuestra una escarpada pared por la que hay que escalar.
Algunos intentamos escalarla, otros dan la vuelta e intentan buscar un camino más sencillo y otros simplemente se quedan abajo compadeciéndose y mirando la cima.
Cuando me dijeron que tenía cáncer sólo había una cosa que verdaderamente me preocupaba, que me tuvieran que poner quimioterapia y quedarme sin pelo. No podía ver nada más!
Yo físicamente no notaba nada, ni dolor, ni cansancio, ni malestar, ... nada! Por tanto hacerte a la idea de que te pasa algo es muy difícil!
Recuerdo que desde el primer día quedarme sin pelo era mi gran preocupación. Ahora cuando miro hacia atrás y soy más consciente de lo que he pasado, sé que es un mal menor. Alguien de mi equipo me dijo un día "Qué importa! Tú sigues siendo la misma" En parte tenía razón! Sigues siendo tú, pero NUNCA vuelves a ser la misma, aunque tener o no tener pelo no tiene nada que ver.
El día que se me cayó el pelo, ha sido el peor día de mi vida! Aunque ya me había mentalizado, aunque sabía lo que me iba a pasar, aunque encontré soluciones para que me afectara lo menos posible,... todo eso no bastó! Lloré, lloré mucho, muchísimo, creo que lloré lo que no he llorado en toda mi vida o al menos lo que no había llorado en los últimos años.
Cada vez que veía que los mechones se me iban, era como si una parte de mi alma se fuera con ellos.
Tuve mucha suerte! No estuve sóla ni un momento, siempre tuve a alguien a mi alrededor, aguantando en la estacada, con las mismas ganas de llorar que yo, pero intentando mantener la sonrisa que ese día a mi me faltaba. Mis agradecimientos a esa parte de mi equipo que supo aguantar tan estoicamente!
Una vez que vino la peluquera y me rapó, ya empezé a relajarme, en ese momento cuando te ves sin pelo, eres consciente de tu enfermedad, eres consciente de que debajo de tus rizos hay una persona fuerte a la que todavía no conoces y que va ha escalar con todas sus fuerzas para llegar a la cima.
Acabé riendo! El equipo de asesoramiento de peluquería estaban aquí conmigo, intentando hacerme reír constantemente, fue mi mejor medicina, como siempre!
Luego me coloqué mi peluca, con la que me he paseado y me paseo desde hace ya 9 meses. Y me vi bien! Y cuando te ves bien, es mucho más fácil seguir adelante.
Hay gente que piensa que cuando te pones una peluca no eres tú misma, que te estás disfrazando e intentando ocultar tu enfermedad. No lo sé! Pero en mi caso, es una cosa que me ha dado fuerzas, me ha hecho salir a la calle como si fuera una persona normal, que es lo que soy, sin que nadie me tenga que mirar y compadecer. Cuando he querido pasar discreta sin contar nada lo he hecho y cuando he querido dar explicaciones también, pero siempre voluntariamente.
Pensar que una peluca es un disfraz, es una opción. Yo sigo pensando que una peluca es una solución para un problema, simplemente! Y que al final, un pañuelo, una peluca, un gorro o nada, son simplemente maneras de sentirte bien, que al final es lo que importa.
Cuando escalas la pared, el mal menor es que sea alta, baja, que tenga pendiente o sea más suave. Lo importante es hacer el esfuerzo, seguir subiéndola y demostrarte a tí misma, que eres capaz de llegar a la cima.
Quiero hacer un especial agradecimiento a mi equipo por haberse adaptado tan bien a las circunstancias, que me han visto con pelo, sin él, con pañuelo, con peluca.. y siempre han estado ahí, diciéndome que estaba guapa (cumplieron su promesa de decírmelo) y que no notaban diferencia.
Quizás Ellos no han dejado de verme NUNCA como realmente soy!
Gracias a todos, ya sabéis cuánto Os QUIERO!
Carme 02/04/2011.