Se dice que la vida no es justa, y puede que sea cierto. Lo que sí pienso es que decidir entre la justicia y la injusticia es tan sólo una manera de ver las cosas.
Cuando te detectan un cáncer es en lo primero que piensas, qué INJUSTO, ¿porqué me tiene que tocar a mí? ¿Y acaso sería menos injusto si le tocara a otro?
Después de echar a andar, de enfrentarte a los tratamientos de quimioterapia, ves que en la vida no todo es tan malo como parece, ni tan injusto. Es cierto que tu cuerpo está sufriendo unos cambios muy duros, durísimos, y si los sufre tu cuerpo, mucho más lo hace tu alma. Pero también creces, y creces mucho porque lo que recibes es mucho más de lo que das, mucho más de lo que nunca podías imaginar..
Siempre he dicho que he tenido y tengo la gran suerte de tener un GRAN EQUIPO, el MEJOR,.. pero hoy quiero dedicarle este escrito a otras dos personas que han sido importantes también en todo mi proceso. MIS QUERIDAS MOSQUETERAS.
Un día, cuando ya iba por la 7ª o 8ª sesión de quimioterapia, no lo recuerdo muy bien, conocí a una persona que era su primerva vez. Siempre lo cuento, lo que vi en sus ojos, era mi miedo, el mismo miedo del primer día, de no saber a dónde vas, ni qué te vas a encontrar. Tenía mil preguntas, pero yo sólo pude darle unas muy pocas respuestas y muchos ánimos.
A la semana siguiente, encontré otra persona en la misma sala, a parte de ella. También estaba en nuestra misma situación.
Lo que se produjo en aquella sala en aquel momento, no se puede describir, fue como una explosión de alegría, de risas, ... las tres sabíamos a dónde íbamos y cómo íbamos a salir, pero éramos capaces de reírnos de todo (de no tener pelo, de los efectos secundarios que íbamos a tener después, de lo bien que nos iba a ir, ...) Desde entonces nos llamamos las TRES MOSQUETERAS.
Han sido dos personas, con las que pude reír mientras me ponían el tratamiento, con las que he podido hablar, comparar, discutir y que te entienden, simplemente, porque lo han vivido. Dos personas en las que siempre he encontrado un gesto amable, una sonrisa sincera y una complicidad especial. Supongo porque las tres hablamos el mismo idioma, el del cáncer. Usamos las mismas palabras, sin tapujos, llamando las cosas por su nombre.... y las tres somos personas positivas, con muchísimas ganas de vivir, de pensar que todo esto no ha sido más que un sueño y que ya se acaba.
A mis MOSQUETERAS, que hemos seguido caminos tan diferentes como iguales, con procesos distintos, cada una con su tratamiento, sus sesiones, sus particularidades, pero que tenemos tanto y tanto en común. Veis! la vida no es tan injusta, cuando no es justa... yo he tenido la gran suerte de tener al lado a dos mujeres fuertes, luchadoras, positivas, siempre sonrientes a pesar de que la vida también les duela...
Nunca olvidaré sus risas aquel día, ni que pasen mil años. Y cómo no su mejor medicina, ha sido también para ellas su mejor SONRISA.
Y ahora, las tres MOSQUETERAS siguen rumbo a la vida, libres de quimioterapia...
OS QUIERO!!!!
Carme.